Precisamente hoy, en este día, tan importante para quienes dan la vida por defender el derecho a vivir su fe, en Chile despertamos con la noticia de una nueva capilla quemada en la zona sur del país.
La difícil situación que viven las comunidades afectadas por los temporales, la falta de agua potable y un lugar seco donde descansar, no evitaron que terroristas incendiaran la Capilla Santa María del Camino, perteneciente a la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Cañete, sector de Vilvilco, octava región.
Los hechos ocurrieron a las dos de la madrugada y se dieron a conocer en la página web de la Arquidiócesis de Santísima Concepción a la que pertenece la capilla siniestrada.
Reinaldo Silva, de la comunidad católica del sector, manifestó su dolor por lo ocurrido, pues son “casi 40 años de trabajo de nuestra comunidad y de un rato para otro vemos desaparecida por completo nuestra estructura. Si bien es cierto que es algo material, es un espacio que costó mucho sacar adelante donde nos reunimos como comunidad cristiana y a la vez también teníamos una prestación de servicio al resto de la comunidad”.
En ese contexto, detalló que las diferentes agrupaciones se reunían en el salón, donde “tenían todos sus implementos guardados y que ahora son sólo cenizas”.
“No nos queda más que seguir confiando en nuestra fe y tener la fuerza para poder seguir trabajando y volvernos a levantar”, enfatizó.
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Las palabras de Reinaldo Silva las hemos escuchado antes. No sólo en Chile sino en Pakistán, Nigeria, Sudán y tantos territorios que viven bajo la persecución religiosa. La fundación advierte con gran preocupación sobre continuas violaciones, actos de violencia y acoso por motivos religiosos. El último Informe de Libertad Religiosa publicado en junio de este año y que analiza 196 países, advierte que la libertad religiosa es vulnerada en 61 de ellos, en 33 países se vive discriminación y en 28 países derechamente nos enfrentamos a la persecución religiosa (www.acn-chile.org). En todos ellos a los cristianos los mueve la fe y les hace confiar que les pueden destruir lo material, pero su convicción espiritual es más fuerte y se mantiene inalterable.
Su convicción nace de que la fe nunca puede ser una causa de división y que todos tenemos derecho a expresar nuestras creencias. Ellas más que provocar odio debiesen ser un punto de unión. Pero ya sabemos que en todo el mundo -incluido nuestro país- como lo señala la declaración de Naciones Unidas “se continúan perpetrando actos de intolerancia y violencia basados en la religión o la creencia, incluso existe cierta focalización contra personas pertenecientes a comunidades y minorías religiosas en todo el mundo. Además, la cantidad y la intensidad de estos incidentes va en aumento, adquiriendo a menudo un carácter criminal y unas pautas repetidas a nivel internacional.”
El Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario Episcopal de Arauco, Monseñor Oscar García, afirmó que este hecho “produce un profundo dolor y desazón por todo lo que significa para la comunidad misma (…) Es algo incomprensible, pero la postura siempre es en primer lugar rezar por quienes son parte de la comunidad para que no pierdan la paz, no bajen la guardia pese al momento complejo y sobre todo renueven su fe en Jesucristo”.
Además, llamó a “no juzgar ni condenar a quienes han cometido este atentado, porque no podemos saber a ciencia cierta quién fue”.
Monseñor Oscar expresó su cercanía con la comunidad y sostuvo que como Iglesia “estamos unidos, apoyando a los sacerdotes de allá, apoyando a la comunidad en todo lo que esté a nuestro alcance, pero sobre todo sostenidos en la esperanza. La infraestructura se puede reconstruir, gracias a Dios no hay ninguna víctima fatal y eso nos da una cierta tranquilidad”.
Finalmente animó a la comunidad de la Capilla Santa María del Camino a “no bajar los brazos y no perder el norte, y sobre todo que sean capaces de tener una mirada en alto y no juzgar ni condenar, sino todo lo contrario, pese a que no es fácil, pero con sabiduría y a la luz de la fe y del Evangelio de Jesucristo, la caridad siempre tiene que primeriar, como dice el Papa Francisco”.
La capilla siniestrada tenía capacidad para 80 personas y además de ser utilizada por la comunidad católica del sector, el espacio también era ocupado por la Junta de Vecinos, agrupación de adultos mayores, comités de agricultores, comité de agua y organizaciones territoriales.
Los acompañamos en su dolor y velamos para que tanto en Chile como en el mundo la libertad religiosa sea real y todos se les garantice su protección y la igualdad de derechos de las minorías religiosas.
Tras un aumento sin precedentes de la violencia contra las comunidades religiosas y las personas pertenecientes a minorías religiosas, en 2019 la Asamblea General de la ONU proclamó el 22 de agosto como Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión. Según la fundación internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), a cuatro años del anuncio, la situación incluso ha empeorado. La fundación pontificia advierte sobre el crecimiento del terrorismo internacional basado en la religión y de una tendencia alarmante en varios países: atacar edificios y símbolos religiosos para llamar la atención sobre otros derechos sociales o problemas de injusticia.
Llamar la atención sobre este día es importante, pero no es más que un primer paso, se necesita que la comunidad internacional se involucre y presione a los gobiernos para salvaguardar y garantizar la protección de las minorías religiosas. Además, desde Ayuda a la iglesia que Sufre instamos a la comunidad internacional a que ayude a promover la tolerancia a través de la educación, la creación de capacidades mediante la formación judicial y policial y reformas para lograr unas condiciones económicas estables, ya que en una sociedad económicamente capacitada en la que todos reciban el mismo trato habrá menos problemas de este tipo.
ACN insiste en la vital importancia del diálogo interreligioso para evitar el fanatismo religioso. Los líderes religiosos deben desempeñar un papel crucial en la construcción de una nación orientada a la paz y a la justicia. Hay que acabar con los prejuicios sociales y dialogando acabar con el miedo al otro, al que es diferente. Nuestra fundación trabaja con varios socios de proyectos este propósito. Pero, por otro lado, tenemos que recordar a las instituciones y organizaciones internacionales que es su deber garantizar el derecho a la libertad religiosa. El Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basada en la Religión fue un gran paso en la dirección correcta, pero hemos visto que la situación a nivel mundial no ha mejorado. Hacemos un llamado a la ONU para que tome más medidas para combatir los delitos de odio y actos de violencia relacionados con la religión. Sería bueno que el año que viene tuviéramos menos víctimas que recordar.
Con información y fotografías de la capilla quemada gracias a Arquidiócesis de Concepción.