Las Hermanas Franciscanas de San José llegaron a Angola en 1992 y, entretanto, en este país del suroeste de África, las religiosas cuentan con seis conventos desde los que asisten a la población necesitada.
Esta orden femenina, fundada en Alemania en el siglo XIX, se dedica principalmente al cuidado de enfermos y ancianos, y también dirige escuelas en los países de misión.
Seis hermanas trabajan en Malanje, en el norte de Angola, y ejercen su benéfico ministerio en el distrito de Catepa, que es muy pobre y que está creciendo muy rápidamente, sobre todo, debido a la inmigración procedente de las zonas rurales. Una y otra vez, el país se ve afectado por sequías, y actualmente, el sur está sufriendo la peor de los últimos 40 años. Por eso, mucha gente del campo emigra a las ciudades en busca de un futuro mejor. Sin embargo, también allí falta de todo: agua potable, atención médica, escuelas… Muchas jóvenes acaban en la prostitución, y los embarazos son frecuentes entre las adolescentes. Las religiosas se ocupan de las jóvenes que no tienen a quién las ayude y las escolarizan, y, además, también atienden a pacientes sin recursos en su enfermería. Finalmente, en su convento se forma a las jóvenes que también quieren consagrar su vida a Dios.
A nosotros nos gustaría apoyar a estas religiosas con una ayuda al sustento de $ 2.822.604 (3.000 euros) para que puedan seguir ejerciendo su benéfico ministerio.