El arraigo de los jóvenes en la fe, la educación cristiana de los niños y el fortalecimiento de las familias son las algunas de las principales preocupaciones del arzobispo católico caldeo de Mosul y Aqrah, Mons. Najib Michael Moussa, quien, por este motivo, ha intensificado la catequesis para niños y jóvenes y el acompañamiento de las familias.
El centro catequético Jesús Rey de Malabarwan, cerca de Akrah, es el ‘corazón’ de dichas actividades. Está situado en la Región Autónoma del Kurdistán, adonde huyeron muchas familias cristianas en 2014 cuando el Estado Islámico se apoderó violentamente de Mosul. Hasta hoy, algunas de las familias que viven en la zona del centro proceden de Mosul y llegaron a la zona de Akrah como desplazados.
Allí, 60 niños de entre cuatro y doce años se reúnen una vez a la semana para recibir instrucción religiosa, y en los meses de verano se celebra un curso intensivo que dura dos meses y que tiene lugar tres días a la semana. El arzobispo Moussa nos asegura: “Estos encuentros son importantes para introducir gradualmente y acorde con la edad a Jesús en la vida de los niños”, y precisa que los padres a menudo no están capacitados para transmitirles a los niños una sólida educación cristiana. Además, el arzobispo también hace hincapié en la importancia de socializar a los niños y de que no se aíslen consumiendo todo el tiempo los medios de comunicación modernos. Así, en esos encuentros, los niños también tienen la oportunidad de jugar juntos y vivir la comunidad.
No obstante, el programa no se limita a los niños, pues también hay que acompañar a los padres y sensibilizarlos acerca de las necesidades religiosas de sus hijos. Así, por ejemplo, también hay encuentros para mujeres, a los que asisten 65 de ellas, y otros para familias, que reúnen a 45 de ellas.
El arzobispo nos pide ayuda, y a nosotros nos gustaría apoyar la valiosa labor del centro catequético con $ 9.879.114 (10.500 euros). Y es que así también contribuimos a que los cristianos no abandonen Oriente Próximo y que permanezcan en su patria fieles a la fe, presente allí desde hace dos mil años. Cuanto más arraigados estén en la vida de Iglesia, menos dispuestos estarán a emigrar a otras partes del mundo.
¡Fortalezcámoslos!