África es un continente de esperanza para la Iglesia, pues allí no sólo aumenta el número de creyentes, sino también el de sacerdotes. Actualmente, uno de cada ocho sacerdotes del mundo procede del continente africano.
Los sacerdotes africanos siguen su vocación con alegría y compromiso, aunque las condiciones a menudo sean muy difíciles. Este es también el caso de la diócesis de Masvingo, en el sureste de Zimbabue, donde 65 sacerdotes atienden a unos 250.000 fieles en un territorio que con sus 70.000 km² es tan grande como Irlanda. Allí, las distancias son enormes y la mayor parte de la diócesis es rural.
La sequía de este año ha afectado gravemente a amplias zonas de este país del sur de África -hasta el punto de decretar el Gobierno en abril el estado de catástrofe natural-, y, como consecuencia, sólo se ha recogido la mitad de la cosecha prevista. Las personas que ya vivían en la pobreza se han empobrecido aún más y, evidentemente, la Iglesia también se ha visto afectada por ello.
Mons. Raymond Mupandasekwa, desde diciembre de 2023 obispo de esta diócesis, afronta numerosos retos. Al igual que a su predecesor, los sacerdotes le preocupan de forma especial. Y es que la mayoría de las parroquias son muy pobres y apenas pueden mantener a sus sacerdotes, pero también las manos del obispo están vacías, por mucho que quiera apoyarlos.
Muchos de sus sacerdotes trabajan en zonas remotas y de difícil acceso. Algunos intentan cultivar la tierra para alimentarse, pero la atención pastoral se resiente por ello. Esto se debe a que los sacerdotes tienen que ocuparse al mismo tiempo de numerosas comunidades muy alejadas unas de otras. Por tanto, invierten mucho tiempo en desplazarse para administrar los sacramentos, visitar a los enfermos, impartir clases de Religión y cumplir con sus numerosas obligaciones. No pueden trabajar en el campo y, al mismo tiempo, atender de forma intensa a los creyentes.
Por eso, Mons. Mupandasekwa nos pide intenciones de Misa, que ya fueron para los sacerdotes de la diócesis de Masvingo de gran ayuda en el pasado. También este año nos gustaría hacer llegar sus intenciones de Misa a los 65 sacerdotes, al propio obispo y al obispo emérito de la diócesis, que están deseando celebrar la Santa Misa por nuestras intenciones. Así, al mismo tiempo, realizáis una valiosa contribución al desempeño de su ministerio sacerdotal al ayudarlos a estar a disposición de sus fieles.