Hna. Marie: Hemos visto muchísima mejoría en estas chicas. Encuentran sentido a sus vidas y pueden hacer frente a lo que se les presente.
En el Día Internacional de la Mujer, Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) entrevista a Sor Marie Akl, religiosa de la congregación del Buen Pastor, sobre su valiosa labor en el centro de protección para jóvenes vulnerables en Nabaa, Líbano. A través de talleres, cuidado integral e incluso clases de defensa personal, niñas y adolescentes pueden superar sus traumas.
Cuéntenos, ¿a quien está dirigida su ayuda?
Nosotras ayudamos a jóvenes vulnerables, sobre todo, nacidas en el seno de familias pobres. Estas jóvenes son vulnerables debido a su exposición a la violencia doméstica, el abuso, la pobreza, la trata y el maltrato. Estos problemas conducen a la violencia, que tiene un efecto devastador en su salud mental y física. Estas niñas están creciendo en un entorno muy difícil. Necesitan herramientas para desarrollar dinámicas saludables, así como protección y apoyo psicológico. Sin embargo, el acceso a los servicios de salud mental es realmente complicado. Ofrecemos sesiones de sensibilización sobre sus derechos, para demostrarles que son personas fuertes. También organizamos sesiones con las familias, para brindar apoyo a los padres para ayudarlos a proteger a sus hijos.
¿Por qué es importante su trabajo en este ámbito?
Nuestro trabajo no solo es importante, sino que es crucial, porque estas niñas provienen de entornos desfavorecidos, con pobreza extrema y abuso en todos los niveles. Estas niñas a menudo no tienen acceso a manutención ni a educación. Sin embargo, el acceso a ésta es lo que les permitirá adquirir las competencias que necesitan para salir de la pobreza y convertirse en mujeres independientes, íntegras y responsables.
En las clases de defensa personal aprenden técnicas para defenderse si son atacadas, mientras que la danza y la pintura les ayudan a desarrollar su autoestima. Les encanta bailar.
¿Qué pasaría con estas chicas si no contaran con este proyecto?
Si no reciben apoyo, estarán expuestas a las drogas, la delincuencia, la prostitución o los grupos criminales. Ellas experimentan muchos traumas, sufren de ansiedad, depresión, trastornos de apego y dificultad para confiar en los demás. Los traumas son muy profundos e impactan en muchas cosas: por ejemplo, en el aprendizaje. Proporcionarles este tipo de espacios es muy importante para que puedan construirse como mujeres fuertes y estables. No tienen estabilidad. La mayoría de ellas carecen de un espacio seguro y tranquilo, y es esencial poder dárselo.
¿Cómo es posible financiar este proyecto en la situación de crisis económica que atraviesa el país?
Desafortunadamente, los servicios de salud mental son muy limitados y caros. Las ONG juegan un papel realmente esencial en el apoyo a este tipo de población vulnerable: hablamos de niñas que se enfrentan diariamente a la delincuencia y la criminalidad. Por eso les ayudamos, para reducir el riesgo de este tipo de derivas. Muy pocas personas trabajan con este enfoque. En principio, el papel del gobierno es cuidar de estas niñas vulnerables, y desafortunadamente muchos centros han cerrado sus puertas a raíz de la crisis económica, ¡mientras que el número de estas jóvenes vulnerables está aumentando! Esta misión es muy querida en nuestro corazón y en el corazón de Jesús.
Nada de esto habría sido posible sin el apoyo de Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), sobre todo en los últimos dos años. Sabemos que hicieron una excepción para respaldar esta misión, y les damos las gracias por ello. Agradecemos a ACN por su ayuda, especialmente en esta región
¿Cuál es vuestro papel como hermanas y educadoras y por qué es algo especial?
Nuestro papel como terapeutas y religiosas es ayudar a estas niñas a asumir la responsabilidad por sí mismas, mostrarles que este es un lugar seguro donde pueden procesar sus emociones. No podemos cambiar su entorno, pero podemos ayudarles a crecer en autoestima y romper el ciclo del trauma.
Es un enfoque holístico basado en la escucha, el apoyo, el acompañamiento y también en la protección. Al menos estas chicas están en un entorno protegido por la tarde. Pueden reunirse con psicólogos, un logopeda, una trabajadora social y también obtener ayuda con sus estudios. La guía espiritual también es de gran ayuda. Nuestro centro ofrece un lugar de comodidad y confianza para ayudar a estas niñas a expresarse libremente y tomar las decisiones correctas para su futuro. Tratamos de darles herramientas que les permitan ser un modelo de cambio para otros en el futuro.
¿Cuál es la diferencia que observa en estas chicas entre el inicio del proyecto y el después del proyecto? ¿Se ve un impacto en los niños y la familia?
No podemos hablar nunca de un éxito absoluto, pero siempre tratamos de mejorar. Hemos visto muchísima mejoría en estas chicas. Encuentran sentido a sus vidas y pueden hacer frente a lo que se les presente. Algunas han aprobado sus diplomas y están en la universidad con excelentes calificaciones. Yo trabajo con ellas, y me gustaría compartir un ejemplo: : durante un año, acompañé a una de ellas. Tenía 14 años cuando la conocí. Ella estaba sufriendo terribles abusos por parte de su padre, y ella no era la única en la familia… Trabajé con esta joven durante un año, y no te puedes imaginar cuánto cambió en solo un año. Ella y su madre escaparon de su casa porque su padre quería matar a su madre. De hecho, su madre había cambiado el nombre de su hija por miedo a que el padre las encontrara y les hiciera daño. Esta joven ni siquiera podía ponerse frente a un espejo para mirarse. Nunca salió de su casa, etc. Ahora se pone de pie frente al espejo, frente a sí misma, ya no tiene miedo, sale, hace amigos… Se siente segura. El apoyo y la terapia son realmente notables, y estamos encantados con los resultados que estamos viendo. Es un lugar de confianza y calidez donde estas chicas se sienten cómodas y seguras.
ACN ha apoyado 936 proyectos de religiosas en 2024 por más de 10.4 millones de euros. El apoyo ha sido sobre todo para proyectos de construcciones (3 M €), vehículos (1.4 M €), formación religiosa (2.9 M €) y ayuda de existencia (2.5 M €). Entre la ayuda de emergencia, se destacan proyectos con escuelas de congregaciones femeninas en Líbano y apoyo a religiosas en zonas muy pobres y abandonadas de Latinoamérica.