La pequeña ciudad de Karamlech, situada a 29 kilómetros al sureste de Mosul, en la llanura de Nínive, está habitada principalmente por cristianos que, en su mayoría, pertenecen a la Iglesia católica caldea.
En agosto de 2014, cuando la ciudad fue tomada por el llamado Estado Islámico, casi todos sus habitantes huyeron. En su visita a Iraq en marzo de 2021, el Papa Francisco bendijo en la Santa Misa en Erbil una imagen restaurada de la Virgen María procedente de Karamlech, que había sido decapitada por los terroristas. La estatua fue devuelta a su lugar de origen, y también regresaron muchos cristianos a sus lugares de origen tras la derrota del Estado Islámico. AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA ha apoyado a gran escala la reconstrucción de las localidades cristianas devastadas en la llanura de Nínive, entre ellas, Karamlech.
De la iglesia de Santa María de Karamlech se encargan actualmente cuatro monjes de la congregación fundada en el Líbano de los Hermanos de la Santa Cruz. Estos religiosos llevan una estricta vida de seguimiento de Cristo desde una pobreza radical y una confianza plena en la Divina Providencia. Realizan trabajos de carpintería y trabajan en la biblioteca local, donde intentan despertar en la gente el amor por la lectura. Como religiosos consuelan a personas enfermas, discapacitadas y ancianas, brindándoles apoyo espiritual, pero también las ayudan con las tareas que ya no pueden realizar por sí mismas. A los moribundos les administran los sacramentos y les dedican una atención especial. Pero también ofrecen charlas espirituales, dirigidas especialmente a los jóvenes, y acompañan espiritualmente a jóvenes varones. Entre sus objetivos está promover entre los creyentes el amor a la adoración eucarística. Además, celebran la Eucaristía a diario y conmemoran con especial devoción las fiestas marianas. Finalmente, también es habitual que la gente acuda a ellos en busca de consejo en caso de problemas o disputas.
El padre Adday Babaca nos asegura: “Nosotros depositamos toda nuestra vida en manos de Jesús y le rogamos que nos conceda la gracia de cumplir su voluntad en todo momento y en todo lugar”.
A nosotros nos gustaría apoyar a estos cuatro religiosos con una ayuda al sustento de 6.000 euros, para que puedan continuar prestando su valioso servicio.