En muchas ocasiones el Santo Padre ha centrado nuestra atención en los mártires de este siglo y de estos últimos años, pues hoy, nos vuelve a hablar de ellos
Fuente: Noticias del Vaticano
El Papa Francisco ha anunciado el establecimiento de la ‘Comisión para los Nuevos Mártires – Testigos de la Fe’ del Dicasterio para las Causas de los Santos, antes del Año Jubilar 2025. El objetivo del grupo de trabajo será elaborar una lista de cristianos de todas las denominaciones que han derramado su sangre por su fe y dan testimonio del Evangelio.
El Papa Francisco escribe: «Los mártires en la Iglesia son testigos de la esperanza que proviene de la fe en Cristo e incita a la verdadera caridad. La esperanza mantiene viva la profunda convicción de que el bien es más fuerte que el mal, porque Dios en Cristo ha vencido el pecado y la muerte».
La Comisión continuará la búsqueda para identificar a los Testigos de la Fe en este primer cuarto de siglo y continuar en el futuro. Esta obra se inició durante el año jubilar del 2000.
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Familia de Akash Bashir, joven pakistaní que dio su vida por su comunidad. Al ver que un terrorista suicida iba a ingresar a la parroquia con la intención de matar a muchos de los ahí reunidos, sin pensarlo impidió su acceso al lugar, lo que ocasionó su muerte y la del terrorista. La comunidad espera la canonización por su martirio y son muchos los que imploran su protección,
La carta del Papa afirma: «Los mártires han acompañado la vida de la Iglesia en todos los tiempos y florecen como ‘frutos maduros y excelentes de la viña del Señor’ también hoy… Los mártires son más numerosos en nuestro tiempo que en los primeros siglos: son obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas, laicos y familias, que en los diferentes países del mundo, con el don de su vida, han ofrecido la prueba suprema de la caridad”.
San Juan Pablo II ya había afirmado en su Carta Tertio millennio adveniente que se debe hacer todo lo posible para que no se pierda el legado de los «soldados desconocidos de la gran causa de Dios».
El 7 de mayo de 2000, estos mártires fueron recordados durante una celebración ecuménica, que reunió en el Coliseo, junto al obispo de Roma, a representantes de las Iglesias y comunidades eclesiales de todo el mundo.
Esto es lo que el Santo Padre ha llamado repetidamente ‘ecumenismo de sangre’.
«También en el próximo Jubileo -añade el Papa- estaremos unidos para una celebración similar. Con esta iniciativa no pretendemos establecer nuevos criterios para la constatación canónica del martirio, sino continuar la encuesta iniciada de aquellos quienes, hasta el día de hoy, continúan siendo asesinados simplemente porque son cristianos».
“Se trata, pues, de continuar el reconocimiento histórico para recoger los testimonios de vida, hasta el derramamiento de sangre, de estos hermanos y hermanas nuestros, para que su memoria se destaque como un tesoro que custodia la comunidad cristiana. la investigación se referirá no solo a la Iglesia Católica, sino que se extenderá a todas las denominaciones cristianas».
El Papa Francisco continúa escribiendo que «incluso en este tiempo nuestro en el que asistimos a un cambio de época, los cristianos seguimos mostrando, en contextos de gran riesgo, la vitalidad del Bautismo que nos une. Muchos, de hecho, son esos que, a pesar de ser conscientes de los peligros que corren, manifiestan su fe o participan de la Eucaristía dominical, otros son asesinados en el esfuerzo de asistir con caridad la vida de los pobres, en cuidar a los descartados por la sociedad, en cuidar y promover la don de la paz y el poder del perdón. Otros son víctimas silenciosas, individualmente o en grupo, de los trastornos de la historia. Con todos ellos tenemos una gran deuda y no podemos olvidarlos».
El trabajo de la Comisión permitirá, pues, situar al lado de los mártires, oficialmente reconocidos por la Iglesia, los testimonios documentados de «estos hermanos y hermanas nuestros, dentro de un vasto panorama en el que la voz única de la martyria de Cristianos resuena».
La Comisión se beneficiará de «la contribución activa» de las Iglesias particulares, de los institutos religiosos y de todas las demás realidades cristianas.
El Papa concluye: “En un mundo donde a veces parece que el mal prevalece. Estoy seguro de que la elaboración de este Catálogo, también en el contexto del Jubileo que se acerca, ayudará a los creyentes a leer las razones de la vida y del bien”.