- La Iglesia en Líbano te suplica ayuda urgente para que miles de familias cristianas dispongan de alimentos, agua y medicinas.s
- Magdalena Lira, Directora Nacional de ACN Chile, se reunió en Alemania con la encargada de proyectos en Líbano, quien destacó cómo la ayuda internacional es un verdadero salvavidas.
La escalada de ataques en Líbano está teniendo un efecto devastador. La angustia y el miedo se apoderan de toda la población a medida que el caos y la violencia sacuden sin descanso a este ya destrozado país.
“La situación es horrible. Estamos en constante peligro. Aquí todavía hay 9.000 cristianos, distribuidos en tres pueblos. No hay un hospital cerca y solo tenemos tres horas de electricidad al día. No tenemos agua ni conexión a internet para pedir auxilio”.
Quien nos habla al teléfono, con explosiones de bombas de fondo, es Sor Maya El Beaino, Hermana de los Sagrados Corazones de Jesús y María, que ha decidido quedarse en Ain Ebel, en el sur de Líbano, junto a su comunidad.
Son apenas 5 kms los que las separan de la frontera por lo que el temor y los daños son reales. La fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) ha proporcionado por medio de esta religiosa ayuda médica en los últimos meses a 1200 personas que han permanecido en Ain Ebel a pesar del peligro. Además, ha financiado ayuda en forma de paquetes de alimentos para 3.183 de familias necesitadas del sur del Líbano.
El convento de San José dirige la única escuela católica de la región, donde da clase a niños de 32 pueblos de los alrededores. Sin embargo, la enseñanza presencial tuvo que interrumpirse debido a los bombardeos. “Los niños no estarían seguros en la escuela”, explica Sor Maya, que es también la directora de la escuela.
“Tengo 37 años y he vivido más de cinco guerras en el Líbano. No es fácil vivir en un país donde un día estás bien y al siguiente te escondes de los misiles”, dice Marielle Boutros, encargada de proyectos de ACN en Líbano. Durante su encuentro con Magdalena Lira, directora nacional de ACN Chile, Marielle lo comentó: “La gente ahora vive en las salas de las iglesias, por lo que necesitarán alimentos, productos sanitarios, colchones, mantas y, si esto continúa, necesitaremos calefacción para el invierno, aunque, por supuesto, esperamos que no dure tanto”.
Magdalena Lira estuvo en Líbano hace un año. “Dejé Líbano justo el día en que Hamás atacó Israel. En ese momento la situación ya era de necesidad extrema. La grave crisis económica tenía a miles de familias viviendo en la precariedad absoluta; no puedo imaginar cómo estarán ahora. Fui testigo de la enorme labor de la Iglesia en Líbano y hoy, esa labor se hace más necesaria que nunca.