A causa de la destrucción masiva en el valle de la Becá y el sur del Líbano, los proyectos de ayuda de emergencia de ACN siguen revistiendo gran importancia.
“Con la elección del nuevo presidente, la esperanza ha vuelto al Líbano”, ha dicho Marielle Boutros, coordinadora de los proyectos de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) en el país. “La guerra ha sido un infierno para la población. Aquí, todos los cristianos se han llegado a plantear abandonar el país. Muchas familias aún enfrentan graves dificultades, y la situación no es nada fácil: a menudo, llegan a fin de mes sin dinero suficiente para comer. Sin embargo, al menos tienen la esperanza de que las cosas puedan mejorar.»
Hasta que esto sea así, habrá que armarse de paciencia. La guerra ha despojado a muchos de todos sus medios de vida: “Muchas personas han perdido sus empleos y, en el sur, los campos de cultivo, incluidos los de muchas familias cristianas, han sido arrasados durante años a causa del uso de bombas de fósforo”. Por ello, los proyectos de ayuda de emergencia de ACN seguirán teniendo una importancia crucial hasta meses después del alto el fuego”, subraya la coordinadora de proyectos. “Por ejemplo, el apoyo a las escuelas, ya que muchas familias no pueden pagar las tasas escolares de sus hijos y, por consiguiente, tampoco hay dinero para los sueldos de los maestros”.
Pero no sólo se han destruido campos de cultivo, sino también casas, y esto afecta también al norte del valle de la Becá, donde los proyectos de ayuda de ACN también siguen siendo urgentes. Innumerables casas han sido bombardeadas, lo que impide a muchos desplazados regresar a sus hogares. Por otra parte, los ataques aéreos esporádicos en el sur del Líbano y la situación aún insegura infunden miedo en la gente. Los contactos de ACN de la diócesis maronita de Sidón recalcan: “Los pueblos fronterizos del sur siguen en constante agitación. Allí aún no se ha restablecido la paz y las bombas siguen cayendo”
Marielle Boutros destaca la importancia del 26 de enero, fecha límite que el presidente libanés, Joseph Aoun, ha establecido para que el ejército israelí se retire del sur del país. ‘Mucho depende de esta fecha’, señala. ‘Hasta entonces, nadie se atreverá a reconstruir o reparar sus hogares; pues nadie quiere construir algo que pueda verse destruido nuevamente. Esperemos y recemos para que la paz regrese a nuestro país’.»