Los obispos venezolanos invitan al pueblo a votar en las próximas elecciones: “El pueblo sabe que el futuro está en sus manos”.

En una declaración conjunta, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) enfatiza el determinante papel del pueblo en definir el futuro del país en las próximas elecciones del día 28 de julio.

Venezuela se está preparando para unas elecciones presidenciales en 2024 y unas elecciones legislativas en 2025, en un entorno político complejo. Precisamente, ante la cercanía de los cruciales comicios del próximo 28 de julio, los obispos venezolanos han querido “compartir algunas reflexiones en torno al hecho político, la profundización de la democracia y la participación del pueblo en el acto electoral”.

“Al pueblo venezolano se le presenta una nueva oportunidad para tomar decisiones a través del voto consciente y libre que produzca una reforma profunda de la democracia, de la sociedad civil y de la calidad de vida. El pueblo venezolano, lleno de esperanza, sabe que el futuro está en sus manos”, afirman los obispos en una exhortación apostólica que ha recibido la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).

El mensaje lleva el título «Caminar juntos con esperanza» y fue publicado el pasado 11 de julio tras la reunión de la CXXII Asamblea Ordinaria Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana.

“La participación libre, consciente y responsable en estas elecciones es de gran importancia para diseñar un futuro con esperanza y construir un país de progreso, paz, justicia y libertad. Sólo venciendo el abstencionismo y la apatía política, podremos avanzar en la reconstrucción del país”, aseguran los obispos.

Venezuela ha atravesado una profunda crisis económica desde mediados de la década de 2010, exacerbada por la caída de los precios del petróleo, hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, así como por una crisis política interna. Esto ha generado uno de los movimientos migratorios más grandes de América Latina en décadas. Según los datos del Observatorio de la Diáspora Venezolana (ODV) para agosto de 2023, la cifra total de migrantes venezolanos ascendía a 8,5 millones de personas, distribuidas en 90 países de todo el mundo. Esto significa casi un 30% de la población total de Venezuela.

En los últimos meses, varios representantes de la Iglesia de Venezuela han mantenido conversaciones con la fundación ACN, subrayando el profundo drama que ha supuesto la migración en el país. Una tragedia que ha ocasionando la pérdida de numerosas vidas, particularmente en rutas peligrosas como la del Darién.

Los líderes eclesiásticos han destacado también el tremendo impacto que la emigración está teniendo en la estructura familiar venezolana. “Muchos niños han quedado bajo el cuidado de familiares cercanos debido a que sus padres han salido en busca de mejores condiciones de vida. Muchos abuelos han vuelto a ser padres”, comentó una de las fuentes. Además, debido a la ruptura del entorno familiar, se ha observado un alarmante incremento en los índices de embarazos precoces y familias monoparentales; agudizando aún más la crisis social.

Según los informes recibidos por ACN, la pobreza en Venezuela es aún más grave fuera de la capital, Caracas, una ciudad descrita por algunos como una “burbuja” que no refleja la cruda realidad del resto del país. En muchas regiones, la escasez de alimentos es severa, los cortes de electricidad son frecuentes y la inflación es galopante, mientras los salarios apenas alcanzan los cuatro dólares mensuales. Las perspectivas para los jóvenes son especialmente desalentadoras, con un 95% pensando en  emigrar. “Se teme que, de no producirse un cambio de gobierno, la actual ola migratoria se convierta en un fenómeno incontrolable. La situación ha llevado a un dilema generalizado: ‘O te resignas o te vas’”, han resumido la situación los líderes de la Iglesia durante sus encuentros con ACN.

“El día 28 de julio debe ser un día de fiesta democrática no solo en nuestro territorio, sino también ahí donde se encuentran nuestros hermanos y hermanas migrantes, que ejercerán el sufragio con la esperanza de volver a reunirse con sus seres queridos en una patria que les abra las puertas al desarrollo y a la felicidad”, expresaron los obispos en el mensaje. “Nadie debe eximirse ni sentirse excluido de esta experiencia democrática: todos estamos llamados a participar de diversas maneras”.

Los obispos concluyen invitando a orar por la paz y también “para que el proceso electoral se realice en un ambiente de respeto”, petición a la que se une la fundación ACN con un llamado urgente a la comunidad internacional para que no se olvide del sufrimiento de la población venezolana ni de la crisis que lleva al éxodo masivo.

“Invocamos a la Trinidad Santísima, fuente de comunión, y a la maternal ternura de María de Coromoto, patrona de Venezuela, para que protejan al pueblo venezolano en este momento de grandes decisiones. Que inspiren nuestras mentes y corazones para tomar el camino más certero en los próximos años de vida democrática en nuestra patria”, piden.