La parroquia de Nuestra Señora del Rosario, con sede en Manica, pertenece a la diócesis de Chimoio, en el oeste de Mozambique central. Abarca una zona rural con un radio de 70 kilómetros y engloba 74 localidades, 58 de ellas con capilla propia. En las que no tienen capilla, los fieles se reúnen bajo los árboles para rezar o se desplazan a la aldea con capilla más cercana.
Desde hace ya un siglo, los franciscanos están presentes allí. Actualmente viven en Manica cinco padres franciscanos y un fraile que no es sacerdote. Además, acuden regularmente estudiantes de la orden para ayudar en la labor pastoral, e indispensable es también el servicio de los numerosos catequistas -hombres y mujeres- que dirigen las oraciones en las aldeas, instruyen a la gente en la fe y la preparan para recibir los sacramentos.
El número de católicos va en aumento: sólo el año pasado se bautizaron 323 adultos y jóvenes. Sin embargo, las sectas también son muy activas, por lo que es importante que los católicos estén profundamente arraigados en la fe. Esa es la razón por la que los franciscanos quieren intensificar la atención pastoral, instruyendo a los fieles para que las familias se conviertan realmente en “iglesias domésticas” en las que se cultive la oración. Quieren multiplicar la catequesis, intensificar la preparación al matrimonio y ofrecer retiros para familias. Además, se han propuesto visitar y acompañar más a menudo a familias en crisis y con dificultades. Al mismo tiempo, quieren implicarse más en la ayuda a familias, viudas y huérfanos necesitados.
Para llevar a la práctica estos planes es necesario adquirir material. Así, como en la mayoría de los pueblos no hay electricidad, se necesitan linternas para que los actos puedan celebrarse también por la noche. Además, hay que adquirir colchones para que los equipos misioneros puedan pernoctar en los pueblos, y para los retiros y otros eventos también hay que garantizar la manutención de los participantes. Finalmente, hay que comprar 22 bicicletas y dos motos para el desplazamiento de los catequistas.
Nosotros queremos contribuir a sentar las bases para que estos franciscanos puedan intensificar la pastoral.