La prisionera yihadista Leah Sharibu sigue viva y, según informes procedentes de Nigeria, ha dado a luz a su tercer hijo.
Leah fue una de las 110 colegialas secuestradas por Boko Haram/ISWAP en la Escuela Técnica y Científica del Gobierno en Dapchi, estado de Yobe, el 19 de febrero de 2018, pero fue la única alumna superviviente que no fue devuelta después de negarse a renunciar a su fe cristiana como el precio de su libertad.
Los informes sobre Leah Sharibu recibidos por Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) contienen el testimonio de cinco ex cautivos de Boko Haram/ISWAP que no pudieron ser identificados por razones de seguridad. La vieron poco antes de su liberación y pudieron identificarla positivamente, ya que vivieron con ella y su compañera cautiva Alice Ngaddah entre el 29 de diciembre de 2020 y febrero de 2023.
Alice Ngaddah es una enfermera cristiana que fue secuestrada el 1 de marzo de 2018, dos semanas después de que Leah fuera secuestrada, por Boko Haram/ISWAP. La Sra. Ngaddah fue secuestrada durante una redada en un campo de desplazados internos cerca de Rann, en el estado de Borno, donde prestaba atención médica.
Las fuentes de ACN dijeron que cuando se quedaron con Leah Sharibu, ella estaba embarazada de su tercer hijo y dio a luz alrededor de abril de 2023.
En enero de 2020 se informó que Leah se había convertido al Islam, se había casado con un combatiente de Boko Haram/ISWAP y había dado a luz a un hijo.
El reverendo Dr. Gideon Para-Mallam, cercano a la familia de la niña secuestrada, dijo a ACN que a finales de 2018 Leah fue convertida en esclava y sufrió un trato humillante y degradante.
Dijo: «El dolor de la esclavitud fue una de las razones clave que motivaron a Leah a convertirse aparentemente al Islam para recuperar algo de libertad y dignidad humana».
Los cautivos de Boko Haram/ISWAP reducidos a la esclavitud han sufrido continuos abusos sexuales, incluida la violación.
El reverendo Para-Mallam añadió: «Sin duda, en mi opinión, Leah sigue siendo una creyente secreta en un contexto complicado».
El pastor continuó expresando su decepción porque la comunidad internacional no había hecho todo lo posible para garantizar la liberación de Leah Sharibu y otras mujeres retenidas por extremistas.
Dijo: «Es posible que los principales países que escuchan al presidente de Nigeria hayan utilizado sus canales diplomáticos secundarios para hablar con él, pero en realidad deberían saber -como todos sabemos ahora- que parece que no hay eficacia, y estamos desanimado.
«Los padres de Leah también se han sentido desanimados. Habían tenido tantas esperanzas de que con las visitas de defensa realizadas por su madre y algunos de nosotros tanto a los EE. UU. como al Reino Unido y otros países, Leah ya habría sido liberada, pero lamentablemente esto no es así.»
Pero el pastor, que dirige la Fundación para la Paz Para-Malam, que hace campaña para «ver que las mujeres y las niñas reciban de Dios dignidad, equidad y respeto», enfatizó que la falta de progreso no era motivo para darse por vencido.
Dijo: «Este no es el momento de dejar de orar y abogar por la liberación de Leah Sharibu y de varias otras mujeres y niñas que siguen cautivas de Boko Haram, independientemente de su orientación religiosa.
«Siguen en grave peligro de sufrir traumas psicológicos y emocionales con experiencias desagradables. Se han convertido en objetos sexuales con poca o ninguna opción. Todos desean la libertad».
El caso de Leah Sharibu se describe en El Informe de Libertad Religiosa elaborado ´por Ayuda a la Iglesia que Sufre.